Barcelona y Cataluña se preparan para recibir el Mobile World Congress (MWC), la mayor feria mundial de las telecomunicaciones y probablemente el evento de mayor impacto anual en la Ciudad Condal. Sin embargo, las cifras compartidas por los organizadores este jueves indican que las principales magnitudes del evento seguirán este 2023 muy por debajo de los récords conseguidos el año 2019, el último con total normalidad antes de la pandemia de coronavirus.
En la rueda de prensa previa al Mobile de Barcelona -que se desarrollará entre el 27 de febrero y el 2 de marzo en la Fira de Barcelona- el director general de GSMA, la organizadora del evento y patronal de las operadoras de telecomunicaciones, Mats Granryd; su consejero delegado, John Hoffman; y la jefa de mercadotecnia de esta patronal de la industria móvil, Lara Dewar esperan que este año acudan a la feria unas 80.000 personas, esto supone todavía unas 30.000 menos que las 109.000 registradas en 2019. A diferencia de los tres años anteriores, no se han producido bajas de empresas en esta ocasión.
Recordemos que en 2020 el evento no se desarrolló por la negativa de las compañías participantes de realizar un evento en plena explosión mundial de la pandemia. En 2021 se realizó un Mobile de Barcelona a medio gas -que además cambió su fecha de febrero a cerca del verano- con la mayoría de los expositores acudiendo de manera virtual y congregando apenas a 20.000 personas. Finalmente, en 2022 y con el evento volviendo a la normalidad, pero con grandes medidas sanitarias, se congregaron 60.000 asistentes.
Impacto en 2021 y 2022
Internamente se esperaba que este 2023 se volviera a la completa normalidad -sin restricciones de viajes en el mundo ni medidas de distanciamiento social-, e incluso que la asistencia se acercara a las 100.000 personas, pero la subida de los precios respecto de 2021 y 2022 habría incidido en que el impacto sea mucho menor del esperado.
En cuanto al impacto económico, los coordinadores del Mobile esperan generar unos 350 millones de euros de manera directa e indirecta en Barcelona, esto es lo que se genera en la restauración, los alojamientos, el ocio y el transporte. En 2019, el último de la normalidad, se generaron 470 millones, el récord de la feria, mientras que en los cuatro años anteriores se habían superado de largo los 400 millones.
Las previsiones oficiales indicaron que en 2021 y 2022 el impacto fue en torno a los 240 millones, aunque parece poco creíble que se realizara el mismo gasto con 20.000 que con 60.000 asistentes. En cualquier caso, desde el Mobile se confía en que, tanto las cifras de impacto económico como las de asistentes, se terminen superando al finalizar la feria de 2023. El congreso contará este año además con 2.000 empresas expositoras y la firma de unos 7.400 contratos temporales. El mayor stand volverá a ser el de Huawei, con dimensiones incluso mayores que años anteriores.
Mobile hasta 2030
El pasado mes de junio y tras casi medio año de negociaciones, el Gobierno, Generalitat, Ayuntamiento, la Fira de Barcelona, Turisme de Barcelona y GSMA acordaron un sistema de renovaciones tácitas y automáticas que garantizarán que Barcelona sea la sede permanente del Mobile a partir de 2030, año en que la renovación será automática. El nuevo contrato incluye, así mismo, la reserva de 25.000 plazas hoteleras y mantener los acuerdos de colaboración entre los sectores económicos de la ciudad y el congreso.
En cualquier caso, y pese a que los niveles prepandemia no se recuperarán en 2023, entre los organizadores y las administraciones existe la tranquilidad de que el Mobile se quedará en Barcelona por tiempo indefinido. Desde las protestas del procés en 2017 existía cierta inquietud en la GSMA por la inestabilidad catalana y más todavía después de la fuga de empresas que comenzó a producirse durante este año a propósito de la convocatoria del referéndum del 1-O.
Una situación que no terminó de resolverse cuando irrumpió la pandemia en 2020. Ese año y pese a la voluntad de los organizadores, el evento se suspendió poco menos de un mes antes de su desarrollo cuando las grandes operadoras de telecomunicaciones, y miembros de la GSMA, se negaron a participar en el congreso. Tras una oleada de bajas se paralizó su realización y se comenzaron a negociar indemnizaciones, que finalmente se cambiaron por el compromiso de todas las instituciones para seguir adelante y con Barcelona como sede del MWC.
Formato híbrido
El problema es que el 2021 el evento no fue mejor. Tras sucesivas olas de coronavirus, las telecos nuevamente se plantaron y obligaron al Mobile a cambiar su fecha desde febrero hasta el verano y con un formato híbrido y descafeinado. Todo ello en medio de rumores de ruptura entre los organizadores y la posibilidad de que el congreso no siguiera en Barcelona a partir de 2023, último año firmado hasta ese momento.
Durante el evento de 2022, comenzaron los rumores de renovación y ya con un Mobile con relativa normalidad aunque con muchas medidas de seguridad para evitar contagios. Sin embargo, la firma definitiva no se produjo hasta junio de ese año. Ahora en este 2023 vuelve la normalidad, en especial porque a diferencia de otros años, no se han producido bajas de las grandes empresas del sector, que empañaron las últimas tres ediciones.